Marea – Cachito de Como el Viento de poniente

en vez de mirar pal cielo
me puse a medir el suelo que me tocaba de andar,
y nunca seguí el rebaño,
porque ni el pastor ni el amo eran gente de fiar,

como aquel que calla, otorga,
y aunque la ignorancia es sorda,
pude levantar la voz,
más fuerte que los ladríos de los perros consentíos
y que la voz del pastor.

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